lunes, 7 de julio de 2014

DICES AMAR, CONOCER Y SENTIR LO QUE ES EL VERDADERO AMOR…

 

 

 

 

Dices amar, conocer y sentir lo que es el verdadero amor…

 



 

Te has preguntado ¿Cuándo descubriste qué el amor es transformar al ser amado en “objeto” de tu propiedad?; ¿Cuándo fue el momento en que creíste entender que el ser amado debe transformarse en un títere de tus caprichos? O que ¿La persona a quien dices amar debe moverse, mirar y respirar como lo deseas, para sentir la certeza de su amor?

 

Si tu idea del amor está basada en estas pequeñas apreciaciones, déjame decirte que eso, solo es ENAMORAMIENTO (EN – AMOR – MIENTO). Y que eres el ser más egoíco del universo y que probablemente esa felicidad que le gritas al mundo poseer, solo es una imagen proyectada a un mundo tan frio y calculador como tú, que no conoce, que no sabe y que jamás ha sentido lo que es el verdadero amor.

 

Solo quien tiene la capacidad de amar por sobre su propio orgullo y vanidad, quien es capaz de aceptar al otro con lo bueno y lo malo, ósea, completamente…

Quien es capaz de dejar que el ave vuele libremente sin nunca aferrarse a su regreso, es alguien que sabe amar. Pues el ave que vuela libre sabe que al final del día debe regresar a su nido, el cual permanece siempre en el mismo lugar inamovible, tibio y acogedor.

Solo quien tiene la capacidad de confía y creer en el otro, solo quien es capaz de entender que el ser amado le ama porque así lo decidió, sin presiones…

Solo quien entendiendo que el verdadero amor no ata, no aflige, no ahoga llega a comprender que el verdadero amor es libertad de acción y de elección. No obliga, no subyuga… Solo ese puede decir que ha conocido, sentido y experimentado una mínima parte de lo que realmente es EL VERDADERO AMOR…

sábado, 15 de marzo de 2014

SANANDO HERIDAS...



Inevitablemente durante toda muestra existencia debemos relacionarnos con otras personas razón por la cual siempre está latente la posibilidad de ser heridos o causar heridas, más quien tiene esto claro sabe cómo vivir tratando de causar el menor daño posible ya sea con sus palabras o su actuar.

 

La convivencia diaria está llena de roces, algunos casi imperceptibles por nosotros mismos, pero todos por muy someros que parezcan, causan un efecto en quien los recibe. 

 

Ahora bien, ¿podemos sanar esas heridas que consciente o inconscientemente vamos causando?

 

Afortunadamente la respuesta es sí.

 

Pero para ello, debemos estar claros que existen dos acciones muy semejantes y que a veces confundimos, siendo en gran medida esa la causa de que muchas de nuestras heridas aún no hayan podido ser curadas... el Perdonar y el Sanar.

 

Cuando PERDONAMOS en muchas ocasiones tenemos la necesidad de que aquellos a quienes hemos herido nos regresen su perdón. Eso ya nos hace sentir mejor, la herida se cierra, pero queda expuesta a que en cualquier momento se pueda reabrir. 

 

Cuando SANAMOS necesariamente lo hacemos en complicidad con los demás, debemos involucrarnos con todas aquellas partes que han sido heridas y juntas "remediar" la herida de manera tal que sane y para siempre. 

 

Solo con un dialogo abierto y honesto, con una actitud receptiva y amable, podemos lograr aprender del daño que causamos y conseguir nuestro objetivo de sanar las heridas ocasionadas. 

 

Solo así podemos ir conociéndonos y aprendiendo de este transitar por esta vida y conseguir la anhelada paz...